Recaída.

Hoy la nostalgia me ha tocado la puerta, tomé dos jeringas de recuerdos y me las he inyectado directamente al corazón, por las venas puedo sentir la droga, las ganas del éxtasis de tus ojos cuestionandolo todo, voy cayendo, lo puedo sentir, en el bosque encantado de mi, el veneno de tus besos carcomiendome en la eternidad.

No quiero estar más en esta habitación para maníacos, no quiero permanecer anhelando tu llegada en la madrugada, la gente debería parar de preguntar, ya me rompí y aún quedan piezas de mi por ahí, en la arena, en el bulevard, esperare que amanezca para ir a buscarlas.

Suena el piano, azul, naranja, verde, magenta, tu voz se pierde en otros oidos, tus latidos al ritmo de otro tambor, una última balada, un último viaje, un último roce, nada más que una recaída de la mente, enemiga de mi soledad, las venas me saltan, la abstinencia me doblega, me retuerce en esta cama, sin piedad, un ave canta en mi ventana, los sonidos se entremezclan, te vas desdibujando entre las líneas de mis días.

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