Clarividencia

Estás a tres pasos de mi, con tus manías, yo como una rezagada me dejo ser de ti, un juguete, un objeto de perdición, un deseo inmutable e insaciable, ¿qué has estado pensando de ti y de mi? —, me pregunto— ¿me miras en el humo que exhala tu respiración?,
Aquí vamos, ¡ven! enviciame de tus labios, consume cada espacio inhóspito de mi egoísmo, hazme creer que hay algo más, ya estamos aquí ¿para qué esperar más? Entre sombras y viñetas, saliéndose del margen, saliendonos de líneas, no importa lo que diga el guión improvisame esta noche, te he respirado, bailame tu melodía favorita, y así sea mentira, dime que no eres un abismo, ¡engañate! Igual yo me empujaria y tú también caerías, convierte este deseo en despertador a las tres de la madrugada, que los luceros titilan como mis pupilas cuando me sientes adentro de tu cielo, que las nubes te hagan llover, mójate los miedos, ya no hay qué temer.

«Es para esto que vivimos» dicen los amantes de los bares, mírame mirarte a través de las ventanas cristalinas de tus ojos, miro tus manos, tus rodillas, tus hombros y tus labios, el reflejo se escapa por la cortina rasgada, despeinate en la almohada, despeiname el alma, ¡hazme creer! Este abismo es maravilloso, rosa y se abre delicada, pétalo a pétalo te busco y te encuentro con todo y espinas, es el precio a pagar, no hay nada que perder, la vida nos halló así, cayendo, callandonos a besos, ya estamos aquí, dejémoslo ser, abre los puños, que la sutileza te invada las ganas y me acaricies las entrañas, que la dopamina nos eleve cual droga, cual éxtasis, se mi piel.

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