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Encontré varios archivos en mi mente, cuando era lo menos que buscaba, y mientras recordaba cómo me manche de café la camisa blanca ¡ahí estás!
En el rincón de mi mente,
cometa Halley, ya no vienes por aquí a recordar aquellos días, tantas horas caminando de la habitación a la sala y no estás
en los pasillos secretos
de ningun laberinto,
de algún jardín, ni en mis manos,
el polvo de la terraza
se lo lleva la lluvia,
la ceniza restos de todo,
de lo que perdimos,
árboles crecieron de lo que ganamos,
florecieron y ocultaron el camino de vuelta a ti, me perdí
el espacio colapso,
en la pantalla del corazón,
cientos de melodías.

Hablamos y
tu voz calma la antología
no hay tormentas que puedan con mis piernas,
en tus manos está la paz de todas las guerras
que alberga mi alma.

He estado leyendo los libros,
soy una casa de verbos,
los poemas que odiaba,
las canciones testigos de la danza llena de éxtasis,
porque el recuerdo juega a la ruleta rusa
y al cerrar los ojos
jalo el gatillo,
ya he muerto treinta veces
cada treinta días,
lo peor es que no muero.

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