Cuestión Sin Contexto.
Y sientes que quieres huir, que quieres correr, que nada te alcance, que nada te toque, que nada te atrape, que las nubes negras que van oscureciendo la ciudad que intentas dejar atrás, no lleguen hasta ti y te arrebaten la poca luz que aun queda en tu interior, mientras corres no dejas de ver hacia atrás, de ver como sin compasión todo va transformandose en oscuridad, en nada, con ganas de volver y rescatar algunas cosas pero ya es tarde y sabes que lo es, solo te queda mirar hacia adelante, meter en un baúl lo invaluable, lo que no se puede cambiar, y continuar, pero te preguntas ¿ A qué lugar es posible ir? Dice Gandhi que así te escondas en una cueva al otro lado del universo lo que sientes, el miedo, el temor, las molestias, los problemas que tienes se irán contigo, que no existe un lugar para esconderte de ti mismo, sin embargo Gandhi no vivió en Venezuela, ni en este socialismo del siglo XXI, donde hay problemas que empiezan y terminan con el factor irse de este país.
Esto no tiene un contexto necesario, no es una opinión, es una molestia que existe, que embarga, una frustración que necesita ser gritada, porque hay un abismo sin fondo, porque todas las circunstancias desfavorables llegan como tormentas en una habitación que no tiene puertas ni ventanas y te golpean a despensas de tu templanza, porque ninguna situación incomoda es corta a nuestra percepción, un segundo puede convertirse en horas y ninguna alegría dura lo que nos gustaría.
Quizás huir sea la respuesta, contrario a lo que todos puedan decir, quizás todos tienen razón y huir no sea la solución, todos puedes estar equivocados, todos pueden estar en lo correcto, las manecillas de un reloj averiado dan dos veces al día la hora correcta, dos no hacen un error.
La buena noticia, es que como la magia de la naturaleza, en la que todo vuelve a su cauce, así nos pasa, la calma llega, así sea efímera y se pierda en el camino, la calma esta adelante y cuando dejamos la tormenta atrás, alcanzamos la calma, porque solo hay dos maneras de continuar luego de tanta tempestad, una de ella es escondiéndonos por miedo a seguir sintiendo que no hacemos mas que perder y la otra es haciéndonos mas fuertes y sabios.
Y para cerrar estos párrafos sin contexto, Benedetti
- No Te Rindas
No te rindas, aun estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque ésta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.
Mario Benedetti

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