La Luna y el Mar

Me desperté y ya se había ido,
la cama seguía desarreglada,
la luz del sol reflejaba la botella de vino vacía sobre el escritorio,
donde todo empezó.

Mi cabeza era una montaña rusa
y mis ojos apenas veían formas y colores,
no percibía el tiempo ni el espacio.
— corre nena, corre — eran las palabras que sonaban en mi mente,
y el aroma a mujer estaba por toda la habitación,
su aroma.

Las manos me pesaban — ¿fue real? —
y los pies me dolían, caminé demasiado para llegar hasta aquí,
nos metimos al mar en plena luna llena
y ella le cantaba a la luna,
decía que estábamos en la ciudad de las luces
que mi mundo eran las letras.

Majestuosa criatura,
me ocurrió, un sueño,
la madrugada se estaba burlando de mí,
la máquina de escribir me hablaba,
— no me quiero mover de aquí,
aún su fragancia esta en mi cuerpo
¿y si decide volver por su brasier? —

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