Letras Inn Hotel

Encontré varios archivos en mi mente, cuando era lo menos que buscaba, y mientras recordaba cómo me manche de café la camisa blanca ¡ahí estás! En el rincón de mi mente, cometa Halley, ya no vienes por aquí a recordar aquellos días, tantas horas caminando de la habitación a la sala y no estás en los pasillos secretos de ningun laberinto, de algún jardín, ni en mis manos, el polvo de la terraza se lo lleva la lluvia, la ceniza restos de todo, de lo que perdimos, árboles crecieron de lo que ganamos, florecieron y ocultaron el camino de vuelta a ti, me perdí el espacio colapso, en la pantalla del corazón, cientos de melodías. Hablamos y tu voz calma la antología no hay tormentas que puedan con mis piernas, en tus manos está la paz de todas las guerras que alberga mi alma. He estado leyendo los libros, soy una casa de verbos, los poemas que odiaba, las canciones testigos de ...

Estás a tres pasos de mi, con tus manías, yo como una rezagada me dejo ser de ti, un juguete, un objeto de perdición, un deseo inmutable e insaciable, ¿qué has estado pensando de ti y de mi? —, me pregunto— ¿me miras en el humo que exhala tu respiración?, Aquí vamos, ¡ven! enviciame de tus labios, consume cada espacio inhóspito de mi egoísmo, hazme creer que hay algo más, ya estamos aquí ¿para qué esperar más? Entre sombras y viñetas, saliéndose del margen, saliendonos de líneas, no importa lo que diga el guión improvisame esta noche, te he respirado, bailame tu melodía favorita, y así sea mentira, dime que no eres un abismo, ¡engañate! Igual yo me empujaria y tú también caerías, convierte este deseo en despertador a las tres de la madrugada, que los luceros titilan como mis pupilas cuando me sientes adentro de tu cielo, que las nubes te hag...

He quedado en una cita, he estado aquí esperando verte llegar, bebo cerveza y tomo café, escribo un par de versos te vienes a mi mente, tu aroma a vainilla y jazmín, tus labios textura perfecta y tu sonreir. Sigo esperando que los planetas vuelvan su mirada a la tierra me hallen en este sillón, con mis ojos en la ventana, como ventilador observando la puerta, deseando que toques con tus finos dedos te encimes sobre mi, que suene el teléfono que seas tú, diciéndome que estás aquí ¡has venido a verme! que seas tú pidiéndome que llegue a verte aquel parque dónde las flores te cantan canciones cuando pasas junto a ellas. He esperado que la lluvia se aboque sobre ti y sobre mi, que nos envidie la primavera, que el café tenga sabor a canela, he quedado con tus ojos para que me abran la puerta, en aquella estación de trenes donde las ansias te queman. He quedado con mi vida no esperare tu...

Que el mundo diga lo que sea cuando quiera, que un árbol no de frutos pero que de sombra para leer, que el me caliente la mañana, que la luna de la madrugada nos encuentre en desvelo, hay paredes que romper y abismos que saltar, las piernas escalando montañas y mis manos sosteniendo cuerdas que se han convertido en hilos, abajo la caída, frente a mi la poesía —¿ cuánto más puede durar un grano de arena en mis palmas abiertas? —, la serenidad y es que jos edificios tienen sesenta y ocho pisos y cada día se le suma uno más;  vamos a subirlos, vamos a llegar.

¿sabe alguien a dónde se van nuestros silencios? Porque yo no sé, Hasta que es muy tarde Para decir palabra Tal vez los silencios Son de algún tipo de melodía Una que debes aprender, Realmente aprender a escuchar. ¿Habrá acaso un baúl En algún sótano, lleno, Repleto de silencios? ¿Al lado de un piano, tal vez? Hay silencios que dan conciertos He visto amantes bailando ecos sin audio , amigos escuchando sin hablar, he escuchado demasiados silencios y dicho demasiadas palabras.

Hoy la nostalgia me ha tocado la puerta, tomé dos jeringas de recuerdos y me las he inyectado directamente al corazón, por las venas puedo sentir la droga, las ganas del éxtasis de tus ojos cuestionandolo todo, voy cayendo, lo puedo sentir, en el bosque encantado de mi, el veneno de tus besos carcomiendome en la eternidad. No quiero estar más en esta habitación para maníacos, no quiero permanecer anhelando tu llegada en la madrugada, la gente debería parar de preguntar, ya me rompí y aún quedan piezas de mi por ahí, en la arena, en el bulevard, esperare que amanezca para ir a buscarlas. Suena el piano, azul, naranja, verde, magenta, tu voz se pierde en otros oidos, tus latidos al ritmo de otro tambor, una última balada, un último viaje, un último roce, nada más que una recaída de la mente, enemiga de mi soledad, las venas me saltan, la abstinencia me doblega, me retuerce en esta cama, sin piedad, un ave canta e...

Hazme arder ¡vamos! Que las paredes se derritan ¡ven! Corramos hacia las llamas Sin piedad, que se nos queme la piel ¡ándate! Comparte tu fuego Tus ojos que son como dos estrellas fugaces, Como aurora boreal en cualquier tarde, ¡quemame! Choca contra mi universo Tus labios son cometas ¡mírame! Las palmas de tus manos Puertas estelares, Sucumbe ante el deseo En cualquier galaxia, Comparte tus llamas, comparte tu fuego. ¡entrégate!

Haces ruido al pasar Azotas la puerta de cada habitación, Entras y sales a tu merced Hay un laberinto a tres noches Un espiral a veinte mil estrellas de tus ojos, Nubes negras y manantiales en desiertos, Bebes el té en el porche con cada despedida del sol, Lees Rumi y me buscas guerra No das tregua a la paz, Invades la calma y te quejas por haber desatado una tormenta, Atas mi cuello al tubo de escape de tu corazón, retrocedes, no te detienes, Neutro y vuelves a acelerar, Caminas descalza por el carbón Me calcinas los labios con cada beso inexistente, Derrumbas las paredes de mi mente, Serás quien me salve, serás quien me hunda, con cada dosis de veneno con cada instante de ternura.

Vamos a caminar por las letras, navegando entre líneas, un sendero luminoso oscuro al alba azul, las horas pasan como la brisa bajo tus alas, no ocultes tus ganas de respirar mi aire. Abres y cierras la ventana, entras a la habitación sin necesidad de una llave, las sábanas están pintadas con restos de pasión, rayas, acuarela, sombras, mate la ventana permanece abierta las gotas de lluvia inundan la habitación, las flores renacen aunque el otoño cante su canción, mírame sin tocarme, tus labios emulan un pincel, usa mis besos como pintura sobre el lienzo que es tu piel.

Tengo un poema, en mis manos En la puntas de mis dedos, Así de sútil, entre mís ojos tus cejas, y sonríes entre el odio y la idea de no vernos más, un par de letras y varias cajas de cristal, hablando en lenguajes cínicos y lagrimas que mojan entre grietas de lo mordaz, había una lluvia calandome los huesos y tormentas cantando entre mis entrañas, tus manos rosadas curandolo todo, callando los truenos y despertando las pesadillas. Habían tres días de calma y siete de tornados en pueblos, arransando todo, tus caderas quemando lo irreal, fuiste verdad, hubo lineas en tu espaldas que dibuje con mis ganas, soltandote no te supe sostener, los peces navegaban en el pavimento y como dos felinos fuimos víctimas de nuestra equidistancia alfa, el corazón hizo una alfombra y caminamos por los carbones, como queriendo borrar nuestras huellas en la arena. Hay un rastro en la palma de mis manos, la ruta de tus lunares, camino inolvidable...