Caer no nos mata.
Hay algo que va cayendo, una partícula, como una hoja de otoño, como un copo de nieve, como una lágrima, va cayendo a través de ti, de mi, porque ya no estamos aquí, estamos en algún lugar – ¿dónde estamos? ¿acaso tu podrías decirme? –.
Y esto me hace caer, esto no me derrumba, caen ladrillos y yunques sobre mi cabeza, pero no, nada me derrumba, podría salir a correr por el medio de las calles, llenas de luces, llenas de autos, y nada, nada me haría sucumbir.
Hay tragedias a la vuelta de la esquina, hay violines rotos, guitarras desafinadas en los buses, sombreros de copa sobre las aceras, rostros llenos de dolor, ojos llenos de lágrimas, todo se cae a nuestro alrededor, que nada nos haga flaquear, ya estamos aquí, fallemos mil veces más, que el papel nos corte los dedos, esas heridas no nos harán dejar de tocar, de sentir, ya estamos aquí, no te dejes caer.
Pastos enteros como ovejas, senderos llenos de horizontes sin frontera, llegamos hasta aquí, con las costillas rotas, con el corazón latiendo afuera del pecho, y caen las hojas, cae la nieve, cae la lluvia, cae la arena, y los restos de de ti y de mi nos nublan la vista, cerramos los ojos, la oscuridad no es mala, no nos impedirá observar, manos llenas, cuencas vacías, sombras de rostros en las avenidas, Una Ciudad es Un Poema, Bukowski en las paredes de los bares, Marx en las casas de barro, ¡ahí van! La lluvia se las lleva, el diluvio nos ahoga, no nos mata, no nos derrumba, como las palabras de quien amas.
Y esto me hace caer, esto no me derrumba, caen ladrillos y yunques sobre mi cabeza, pero no, nada me derrumba, podría salir a correr por el medio de las calles, llenas de luces, llenas de autos, y nada, nada me haría sucumbir.
Hay tragedias a la vuelta de la esquina, hay violines rotos, guitarras desafinadas en los buses, sombreros de copa sobre las aceras, rostros llenos de dolor, ojos llenos de lágrimas, todo se cae a nuestro alrededor, que nada nos haga flaquear, ya estamos aquí, fallemos mil veces más, que el papel nos corte los dedos, esas heridas no nos harán dejar de tocar, de sentir, ya estamos aquí, no te dejes caer.
Pastos enteros como ovejas, senderos llenos de horizontes sin frontera, llegamos hasta aquí, con las costillas rotas, con el corazón latiendo afuera del pecho, y caen las hojas, cae la nieve, cae la lluvia, cae la arena, y los restos de de ti y de mi nos nublan la vista, cerramos los ojos, la oscuridad no es mala, no nos impedirá observar, manos llenas, cuencas vacías, sombras de rostros en las avenidas, Una Ciudad es Un Poema, Bukowski en las paredes de los bares, Marx en las casas de barro, ¡ahí van! La lluvia se las lleva, el diluvio nos ahoga, no nos mata, no nos derrumba, como las palabras de quien amas.
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