Un lugar.
¿Dónde se esconde el matiz inefable que habita mi pecho y tu alma? Vivimos de las caricias enmarcadas en nuestra piel tus lunares que forman galaxias nuestros ojos estrellas fugaces tu vida y la mía respirandolo todo te pienso y me miras, en canciones que nombran Iglesias y sacrificios, el Edén y la falta de juicio la locura de amarte en cada silencio en cada noche que no cogimos pero reimos, lloramos, cantamos me has odiado, pero te has quedado en cada suspiro una polilla se sacude las alas, se agitan las mariposas y se asoma el alba, al pasar por tu lado en cada acera tu mano en la mía como dos niñas con suma alegría ¿quien me dice que esto no es amor si al cogerte te estoy amando, y te estoy amando al cogerte? Porque me has enseñado que la vida es más que un par de tetas, que el pecho sirve para algo más que usar sostenes. Aquí cuando fallamos el abismo nos saca los pulmones en cada grito estruendos...