Las Baladas de Sofía (Cuarta Balada)


Transcurrieron un par de meses, Sofía finalmente supo que lo que sospechaba era cierto, que Sabrina había conocido alguien en una de sus clases, pero hallo la manera de dejar ir eso, se dispuso a continuar, a hacer de su vida lo mejor que podía, aprendiendo de sus errores, le dedico tiempo a sus amigos, a su trabajo, a su familia, y sobre todo a pintar, hallo en su pasión la manera de canalizar lo que llevaba adentro, hasta logro exponer una de sus pinturas en la facultad de artes de la universidad, todo marchaba bien, decidió realizar un retiro espiritual, unas amigas la convencieron, en ese viaje conoció a Vanessa, una amiga de Jessica, como para llegar al retiro debían viajar por carretera, eso sirvió de mucho para Sofía el ver los paisajes, sentir la brisa fresca en el rostro, escuchar música que no escuchaba desde ya hace un tiempo, se dio estos instantes de ir por la carretera para pensar y hablar con Vanessa, quien era una mujer de estatura alta, cabello castaño, usaba una trenza de medio lado, labios rosa y una sonrisa que enamoraría hasta al más escéptico amoroso.

Al llegar al lugar del retiro, que no era más que un Chalet de la casa de los padres de Vanessa en lo más alejado y alto de los Andes, pero sin duda era un lugar tranquilo, solo servía el servicio telefónico casero, parecía un lugar que se quedó en el siglo XIX, el frío era casi insoportable, así que bebían vino de noche y chocolate caliente de día, en este viaje también fueron un par de amigos de Jessica que Sofía no conocía, aunque el lugar era de la familia de Vanessa.

Ya era el tercer día en aquel remoto lugar, sin conexión con el mundo exterior, Vanessa y Sofía parecían acoplarse excelente, aunque aun no había sucedido nada, hasta esa noche, todos bebieron demasiado vino, excepto por Sofía que sabía manejar bien el alcohol, Vanessa por otro lado estaba también un poco suelta, empezó a hablar de sus experiencias lésbicas cuando viajo por europa con su amiga de la universidad, pero intentando dejar claro que ella era heterosexual, que era convencional y anhelaba la idea de casarse y tener hijos, Sofía solo supo escucharla y hasta verla soltar algunas lágrimas cuando hablo de la vez en que se enamoró y le rompieron el corazón dejándola por alguien más, eso solo la hizo sentir empatía y pensar - ¿Cómo alguien en el mundo puede hacerle daño a una mujer tan hermosa y adorable como esta? – mientras pensaba eso, también imaginaba como se vería sin los abrigos, la bufanda y todo lo que la cubría del frío que hacía en aquel lugar, escuchándola se hizo tarde en la madrugada y empezó a llegar el sueño, decidió acompañarla a su habitación, al llegar a ella, y acostarla, Vanessa con ojitos de cachorro, esos ojos dulces color miel la miro y le pidió que se quedara con ella, y la besó, Sofía la separo enseguida de sus labios diciéndole que no, que así no, que quizás si fuese una extraña que recogió en un bar lo haría, pero era amiga de Jessica y así no podía, pero que igual se quedaría la noche con ella, ambas se metieron en la cama, y la mañana llego, el poco sol entre las nubes salió asomándose por la ventana diminuta de la habitación.

Ambas estaban frente a frente en la cama, Vanessa despertó primero y al ver a Sofía allí, soltó una sonrisa, acompañada de un suspiro que despertó a Sofía quien también sonrío, ambas se miraron fijamente durante unos segundos, que no eran incomodos, eran calmados, tranquilos, se tomaron de las manos y se acercaron un poco más, dándose un beso, sin decir una sola palabra, se dieron un beso suave y tierno, que se fue convirtiendo en un beso más intenso, Vanessa se subió a Sofía mientras ella le acariciaba su larga cabellera y la mira a los ojos,  Vanessa se despojó de sus ropas, dejando su cuerpo totalmente al desnudo frente a quien solo conocía desde hace tres días, Sofía aprecio lo que estaba sobre ella, pasando sus manos por su abdomen, por sus brazos, por el medio de sus senos - ¡Que mujer tan hermosa! -  era todo lo que podía pensar, se tomaron el tiempo para admirarse a la luz del día, era una mezcla de ternura y sensualidad, no tardo mucho para que ambos cuerpos estuviesen desnudos sin sentir ni un poco de frío, aun lloviendo en la habitación, el fuego que había entre ellas hacía arder todo sobre esa cama, los gemidos de placer eran necesariamente agudos, como entre labios y solo al oído de la otra, estaban en perfecta sincronía, muslo entre muslo, pecho entre pecho, jadeando, moviéndose, Vanessa mostro ser una experta en juegos de seducción y placer, junto con la desinhibición de Sofía, en esa cama parecía concentrarse todo el placer del universo.

Luego de aquellas horas matutinas de sexo increíble, ambas decidieron salir finalmente de la habitación, como Sofía dormía en una misma habitación con Jessica, fue la primera en darse cuenta lo que había ocurrido la noche anterior, durante el resto de los días restantes había una complicidad entre Sofía y Vanessa, dormían cada noche juntas, crearon una adicción sexual insaciable, en la habitación y durante las duchas calientes, pero inevitablemente la semana termino y con ello el pequeño romance, al volver a la ciudad ambas tomaron sus respectivos caminos, Vanessa tomó un camino más lejos ya que el viaje se trataba de una manera de despedirse pues se iba del país.   

Sofía volvió  a la rutina de su vida, a su apartamento de soltera, a su cama vacía, aunque estaba más aliviada, más relajada, era como si nada la molestara, todo estaba bien, hasta que su teléfono sonó, era su hermana, diciéndole que su papá había sufrido un infarto, el mundo se paralizo por un segundo, sin haber soltado la maleta tomo sus llaves y salió por la puerta directo al hospital, al llegar se encontró con la noticia de que su papá había caído en un coma y no sabían si iba a lograrlo, la relación de Sofía y su papá no era la mejor, sin embargo ella lo amaba, desde que dejo a su mamá por su actual esposa, se distanciaron, sobre todo cuando Sofía se sinceró con el respecto a su homosexualidad.

Sofía se quedó en el hospital cuidando de su padre, Jessica, Adela y Daniel estuvieron ahí con ella, acompañándola en tal infortunada circunstancia, al cabo de unos días llego la buena noticia, su padre despertó y estaba recuperándose maravillosamente, al despertar pidió verla y hablar con ella.

-   Hija, perdóname.
-   Tranquilo papá, es mejor que no hables
-   Tengo que, ahora lo entiendo, la vida es una sola, es cliché decirlo en esta circunstancia, pero no sabemos que podría pasar, eres mi hija y te amo sin importar si amas a un hombre, a una mujer o un pincel y un lienzo. Todo va a estar bien hija.
-   Gracias papá, te amo.

Esto los acerco Sofía hizo las paces con su papá, eso le hacia sentir que todo iba a estar bien, decidió salir a beber con sus amigos ese mismo día, todo había vuelto a estar en el camino correcto, donde ella se sentía serena.

Algo sucedió dentro de ella, sentía que había perdido mucho, que todo lo que valoraba se iba o amenazaba con hacerlo, así que durante meses, no hacía mas que conocer a alguien y llevarla a la cama, no había fin de semana donde Sofía no la pasara en alguna cama ajena y no precisamente durmiendo, conoció a Emily, Gabriela, Ángela, María Alejandra, María Victoria, María algo, Alexandra, Verónica,  Joanna, Daniela, Ana, Elizabeth, Andrea tal vez alguna Sofía y muchos nombres más que no tendría importancia nombrar, porque la única importancia en la vida de Sofía eran algo sexual, sin conexiones emocionales, iba al cine con sus amigos, salía a bailar con sus amigas, veía películas en casa con Jessica u otras amigas, se sentía bien, Sofía se sentía libre.

Un día decidió renunciar al trabajo que tenía, ya no se sentía cómoda trabajando ahí, así que renunció y se dedico a pintar, pero eso no le pagaba las cuentas y empezó a trabajar en una empresa como fotógrafa, consiguió un lugar en esa empresa, pero no de fotógrafa, le dieron más responsabilidad, ser jefa de los fotógrafos, supervisar lo eventos, exponer ideas, conseguir la aprobación y llevarlas a cabo, esto le gustaba, le encantaba mantener todo en control que todo le saliera de acuerdo a lo planeado, empezó a ver a un terapeuta, porque sentía que si algo se salía de lugar, si perdía el control nuevamente, iba a perder y no era algo que le gustará.

Se mantuvo ocupada con un evento que se llevaría a cabo, le dieron la aprobación y debía organizar el evento, era el lanzamiento de una revista pro la ecología, así que con habilidad visual guió a los diseñadores a crear unas presentaciones increíbles, alucinantes, promoviendo la ecología, todo reciclado, el evento se realizó de tal manera que ella fue galardonada con un premio por tan intachable manera de trabajar.

Era un día como cualquier otro, Sofía se despertó luego de una larga noche de trabajo, había sido un gran evento, habían conseguido grandes patrocinadores, todo bajo control, justo como a Sofía le gustaba que salieran las cosas a la perfección sin margen de daños ni nada fuera de lo que estaba planeado, pues era una de sus características mas resaltantes, ser altamente meticulosa y la una necesidad inquebrantable por mantener todo bajo control, perfeccionista y muy organizada, así como era de exigente con su trabajo se volvió  con su vida, con sus relaciones interpersonales, todo lo que respectaba a ella debía estar dentro de los márgenes que ella pudiese manejar sino, era descartable.

Ese día quedo en verse con una amiga para tomar un café y ponerse al día, pues el evento la tenia completamente ocupada y no había visto a sus amigos en semanas, mientras esperaba Adela noto que en la mesa frente estaba una muchacha leyendo, pero de vez en cuando sus miradas se cruzaban, Sofía entendió que la había notado, pero no tenía ganas de hacer movimientos de conquista, solo quería disfrutar ver a su amiga y hablar con ella un rato.
Sofía ve que Adela entra al lugar y sorpresivamente saluda a la muchacha de la mesa frente a ella y ahora vienen las dos a la mesa.

-   Hola Sofía! ¿Como estas?
-   Bien Adela ¿y tu?
-   Muy bien ¡Hey! Conoce a Siena.
-   ¿Siena? Hola, Sofía.
-   Si, Siena. Hola.
-   Que nombre tan peculiar. ¿Te llamas así por la ciudad?
-   Si, de hecho es por eso.
-   Seguro te lo preguntan siempre.
-   No, en realidad no.
-   Seguro es porque la mayoría de las veces nadie le presta atención al nombre de la persona que le están presentando.
-   Seguro ha de ser por eso ¿Cómo es que era tu nombre?
-   JA! Graciosa.
-   No tanto, vi una oportunidad y la aproveche.
-   Hey! Pero si quieren les consigo un cuarto, pedimos café o me debo quedar aquí viéndolas coquetear?
-   Pero Adela deja los celos, y en realidad ya bebí café, quiero helado.
-   Yo vine a beber café Siena, si quieres luego vas con Sofía por un helado.
-   Me encantaría que fuésemos por un helado, de repente también se me antojo uno.


Así la tarde transcurrió, y siguieron hablando, a Adela la llamaron y tuvo que irse, dejando a Siena y a Sofía conversando, resultaban tener más en común de lo que creían, el arte sobre todo, los gustos, Siena parecía ser un bocado de aire fresco para Sofía, quizás eso era lo que necesitaba, ya habían pasado muchos meses, casi un año desde que había terminado con Sabrina.

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