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Mostrando entradas de marzo, 2017

ya casi es Abril

En la ciudad no caben las ganas,  De cantar, de bailar Y tú, conmigo,  a mi pecho parece gustarle tenerte cerca Es abril, las canaletas se llenan de gotas  Golpes pluviales Construyes con tu piel un hogar en mi estómago En mis entrañas al despertar y abrazarte Detén ese taxi, vamos a subir y mirar detenidamente  Los rostros, en cada uno lo ves  La nostalgia, la melancolía Te sientes segura o sientes que puedes caer Ya casi es abril La estación ha cambiado Quitate los zapatos, vamos a caminar sobre las alfombras de flores En la línea de tiempo nos saltamos los días  Las contradicciones de la lógica  Que las nubes nos arropen en la noche Que tu té permanezca tibio Son las once y aun no me he dormido Escucho el susurro de tu voz  Hablando de colores, de Sófocles y Antígona  De drama y de teatro De que me quieres y me piensas  Y que nadie se imagina el frío de despertar sin ti.

veinticuatro de marzo

El estruendo que haces al pasar, al caminar sobre mis huesos de cristal, el cielo y el océano son complices de tu recorrido, se necesitan centenares de inviernos, ya empezó la primavera, voy a colocar flores en tu cabeza, y si tienes frio las solapas de mis pasiones te abrigaran toda la noche, la tarde y en las madrugadas, que testaruda has sido, te advertí que era una trampa, pero ya estamos aquí y en esta ciudad nadie sabe guardar secretos,  en mi baúl ya no llevo cargas, solo olas y senderos de flores de sol para tí.  Tus piernas, tus manos y tus caderas me rodean, me desarman, no necesito vino para bailar ni café para despertar, me das, me das, música, paseos y el souvenir de tus abrazos, ¿escuchas como te estoy llamando?  Días, horas ¿lo escuchas en la radio? Todo me va hablando de ti y yo hablo de ti, vamos a bailar en la oscuridad, en la alcoba, en la sala, en los pasillos, Subamos al techo y miremos los vórtices de luces a nuestro alrededor.  Llueve ...

Bitácora

Sin mes, sin horario Con la nada de nacionalidad Llegó de la mano la intransigencia Para irrumpir la calma Con serenidad y mar Un día, sin fecha, sin hora, Navegando sin brújula Luz de luna, luz de sol Soy en tu océano solo un bote No hay día que no siga tu voz El calendario nos juega un revés Inesperada, dulce y aterciopelada Tus ojos dos castañas Y en tus cabellos Van Gogh y su noche estrellada.

Flores en las nubes

¿cuántas lunas han pasado desde la última vez que te sentaste a mirar las estrellas? Cuando leíste a Cortázar y lloraste por Maga Y el sendero bajo tus pies Te recordó a Poe cuando perdió a su amada Y los campos de flores en tus manos ¿cuándo lo sentiste por última vez?   Subes las escaleras que te llevan a las nubes, Y la tierra se desola sin tu voz, Mira los edificios de esta ciudad, son grises sin tu risa Nada tiene color No hay sol El Pacífico se ha secado Y el Taj Mahal ahora es solo ruinas. Labios que son grietas Esta vida de médanos Un faro que no guía el barco Y el café sabe a tierra Enciende el auto y llévame contigo a cualquier lugar Moja mis piernas de papel Corre conmigo a donde sea Toma las flores de mi cabeza Caminemos por los campos minados del corazón Que Dalí tiene nuestro tiempo Y Ares nuestra paz.