Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2016

Piso 1

Aún la piel me huele a ti, Usé eucalipto, lustre mis ojos con cloro y me bañé en abono Nada sirvió, la piel me sigue oliendo a ti, Tu aroma por todo éste lugar Ni el jazmín que apenas llega hasta mi habitación Ha podido espantar Que tu estela sigue aquí Subo veinticuatro escalones diariamente, En cada paso, tu olor Abro la puerta, paginas amarillas de mis libros, no huele a antaño Es tu cuello que emana Que me atrapa Tu aliento aún envenenando mis entrañas. Pasillos largos, sueños donde estás sentada en algún café esperándome Siempre llego tarde, siempre mi café esta frío Y aún tu aroma se mezcla con el lugar Es el paraíso En el primer piso Donde suena un piano, suena una melodía Y tu voz, Corro hasta llegar a tí Y sigue siendo muy tarde, Las ventanas están abiertas Entra la brisa y el polen me cega Estornudo y me desintegro Las manos casi te ...

Entre Eros y Apolo

Me duele el pecho Como si un puño entrara por mi garganta Directo a mi estómago Como si me arrancaran la piel Como si me clavaran espinas en los ojos Me duelen las manos, Me duelen los pies De tanto correr. Intentando alcanzarte con la punta de mis dedos Caí por un abismo, Me columpie entre rocas y escombros, cave hoyos, me desgaste las rodillas, perdí mis uñas, mi aroma era la melancolia y nunca deje de caer. Me senté en tu mesa Y no me diste de comer De tu manantial no me dejaste beber Aun sabiendo que moria de sed, Me dejaste sorda, muda sin poder decir ya palabra, Me dejaste caer desde lo más alto de tu montaña rusa. Escale, Nade en mares, travesé ríos, Morí de hambre en medio de la nada, Me congele a la intemperie de la noche, Yo lo ví, yo estuve ahí, Cuando mi espíritu jamás se doblegó ante nada Hasta que te conocí y me envenenaste con tu piel, Con el océano de tu amo...

Cuatro vetanas

Mientras caminaba encontré páginas sin leer, encontré palabras no dichas en un adiós, en dos adiós, me fui y caminé sobre mis propias huellas, las borré, eliminé rastros de la pena, los temores, el mar se los llevo, una ventana con vista al mar, las olas rompen el cristal, doblegan el cielo que brilla con el sol, que llora cuando las nubes sobrevuelan y lo vuelven sombra, lunas de papel, estrellas de carbón, piernas que corren y no van en alguna dirección. Abre y cierra la ventana que da a tus ojos, abro la ventana que da a mi pecho, que salpica sangre, que salpica aire, que pasa por mis pulmones, apenas puedo respirar, ¡resucitame! No me mires agonizar,     —¿por qué me mira agonizar?— Sostente con tus uñas de mis manos. Ventanas, puertas, vidrio y madera, una biblioteca, Kant, Platón, Nietzsche, Rimbaud, Shaw, Yates, Cummings, Sócrates, Wilde, Baudelaire, Wolfang, Kafka, T...