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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Desnudos en la penumbra

Ésta noche tomé tres píldoras para dormir Me caí de la cama y te encontré tirada ahí Fue como caer en el océano con tus manos Tratando de alcanzarme, burbujas bajo el agua Tus ojos de galaxias al ritmo de la guitarra, El bajo y la batería Percusión, viento, fuego en tus labios Jardines en tu espalda. Hay una luz, hay una mentira Somos un engaño, un espejismo El reflejo de tu sonrisa en el parabrisas A toda velocidad, no quieres parar Caemos por un precipicio, el borde de la cama. Me caí de la cama, encontré un jardín lleno de margaritas y girasoles No sería la primera vez, Siempre visito lugares en mis sueños Océanos, bosques, montañas Senderos, la arena del mar en mis pies Corazones inhóspitos donde solía haber amor. Cuatro píldoras para dormir, Nada para de girar, me subo al tren Me bajo en una estación al azar, No estás ahí, no estás en ningún lugar Pero te puedo sentir — sueño o realidad – Somos balas frías directo a la cabeza Es temporada de humanos Y el horror ya cargo su mejo...

Masoquistamente estúpida.

Salte de la cama un segundo después de llegar No me devuelvas la mirada Ocúltame la sonrisa Arranca las sábanas y gritáme cuánto te molesto Tiráme el café Arrojame las rosas Lánzame a la carretera y quédate en el pavimento Déjame afuera cuando llueva Niegame besos Clava tus uñas Dispara puños a mis entrañas con tu indiferencia Se fría, se ruda, no cedas Toma las agujetas de mis zapatos y átame Odiame toda la noche La madrugada Odiame al amanecer No te quedes a dormir Besa otros labios Que mientras estés sobre mí Todo lo que dirás será mi nombre Regirás las esquinas de la cama Entre tu odio y mi arrogancia Los árboles van a llorar Las nubes lo sabrán Afrodita, Eros, Zeus, Ares ¿a quién le rezas? Yo dentro de tí, tú religión. Whisky en las rocas en honor a Hemingway La habitación un castillo Aquí no hay reinas ni princesas Castillo de hielo, manos de arena Mis dedos se resbalan Odiame, ábreme la puerta No me quedaré.