Letras Inn Hotel

  Y las palabras se van formando, sales a través de mi, no sé de dónde vienen, si de mi mente o de mis emociones, un puñado de letras que se unen para formar oraciones, al final de estas líneas aun no sabré si esto en un verso, es un cuento, una historia o un sueño, como todo lo que rodeo, nada está adentro, palabras que salen fácil, sin   analizar, sin pensar, sin creer que hay algo más. Hay una melodía que se va repitiendo, una y otra vez que no sale de mi cabeza, comienzo a creer que es mi conciencia, pero solo conocía su ausencia, nunca note su existencia. Cierro una puerta, escribo en las paredes blancas de mi mente, escribo en mi corazón palpitante, pero no parezco obtener respuesta, escribo interrogantes ¿A dónde va todo esto?  Montañas de arena, el viento sopla y me encuentro dentro de la tormenta, mis ojos se llenan de polvo, mi garganta está seca, camino por días con palabras a cuesta, con letras que no quieren salir de mi cabeza y e...

  Hoy desperté de ese lado de la cama, ese donde tú has estado durmiendo, mi cuerpo se movió como porque si, sin más, sin pedirme permiso, sin excusas sin razones, con la ilusión que tu estabas ahí, casi pude ver como se dibujaba tu silueta entre mis sabanas, tus piernas entre mis almohadas, mi pecho adherido a tu espalda, tu cabello dejando huellas entre nubes de papel, sobre la que flota esta cama, cuando viajamos entre ganas, casi pude sentir mis dedos rozando la curvatura de tu espalda, casi pude respirar tu aroma de éxtasis, mi nariz en tu cuello, volviendo el insomnio un placer, un sueño. Desperté y no te encontrabas, tu olor aun sigue prendido en estas sabanas, en mi almohada, en mi camisa que te vestía cuando el amanecer nos encontraba a prisa,  esta posada en la cornisa de la cómoda, como bandera por si decides volver antes de desaparecer. Regrese de mi imaginación, de la ilusión, de tu estela en mis noches, y mi cama era una isla desierta, yo naufra...

Ves hacía atrás y solo ves una pared,  miras hacia delante un camino  que se va dividiendo entre tres líneas blancas,  pavimento negro, grietas observatorias de grietas, parece llover, pero son ojos que se llenan de lágrimas,  una fría brisa pasa, te congela el alma. Mil veces volteas y la pared continua detrás de ti,  mil veces y no sabes que camino elegir,  transitar en la transición de las ganas,  del deseo, de la piel, de lo que te perteneció una vez,  de lo que fue y ya no es,  del retrato en la pared,  de las bragas en el buró  como bandera de salvación  de los monólogos en medio de la madrugada,  de la melodía de aquella canción que te incendia el corazón. Respiras, el aire te llega hasta las costillas,  inhalas la vida,  exhalas suspiros fugaces,  cierras los ojos,  una fotografía, un aroma, una voz atada a la melodía,  colores en armo...

  Hay una melodía que sale de tu voz Que me eleva a otra dimensión, Auroras boreales amarillas, Rojas como tus labios, azules, Miel como tus ojos, Hay una vida que habita En el sonido calido cuando al oído me susurras palabras Que me obsesionan entre sabanas, Entre gentes, entre pasado, entre presente, Camino por las calles sin mirar atrás Voy volando más que caminar, Voy detrás de ti, Te veo bailar entre semáforos, Te escucho cantarle a extraños, Y las calles se llenan de colores brillantes Que no me dejan ver con certeza Eres una belleza incierta, Con esta piel que te anhela a cuestas, Con mis manos llenas de ti, De mi mente eres residente, Mis pensamientos de hotel Donde solo tú eres huésped, Libros y páginas que cuentan historias de ti, Ambas estamos locas aquí, No hay razón para correr lejos, Permanecer contigo es lo que quiero, Despiértame suavemente con tus susurros Que me obsesionan entre sabanas violetas...